miércoles, 11 de julio de 2012

Recetas con Zanahoria


Ensalada de zanahoria  y nuez

Ingredientes

Un kilo de zanahorias pelada se ralladas
Media taza de mayonesa
Media taza de pasitas
Media taza de nuez picada gruesa
Azúcar al gusto

Modo de preparar:
se mezclan todos los ingredientes juntos y se refrigeran tapados, durante dos horas por lo menos, antes de servir, y quedará muy rica.

Zanahorias glaseadas

Ingredientes

Un kilo de zanahorias miniatura bien lavadas.
Una taza de agua
Tres cucharadas de mantequilla
Dos cucharadas de harina
Tres cucharadas de azúcar morena o mascabada
Sal opcional
Modo de preparar:
se cocinan las zanahorias al vapor sin pelar, en un sartén grande se calienta a fuego lento la mantequilla y se agrega la harina hasta que doren ligeramente, revolviendo continuamente.

Se añade a azúcar y cuando ésta se deshaga, agregue el agua donde se cosieron las zanahorias. Se hierve hasta que la salsa quede espesa, se añaden las zanahorias y se mezcla todo, cuando estén bien calientes se sirve de inmediato. Y buen provecho

martes, 10 de julio de 2012

Shtrudel de Manzana


Shtrudel o strudel de manzana, es un platillo que llego de la Europa central. Los rellenos más famosos que se utilizan en este pastel son manzanas, queso, espinacas etc.
Si no eres muy bueno en la cocina, eso no es problema ya que siempre allí una primera vez para todo. Vale la pena que intentes hacer esta receta o cualquier otra y así obtendrás experiencia. Ya que nadie nace sabiendo si no todo se aprende en el transcurso de la vida.
Dale un toque dulce a tu vida…


Ingredientes

500 gr pasta de hojaldre
3 manzanas
20 gr de canela
150 gr de azúcar
1 limón
10 gr de clavo
pasas

Modo de preparar

1. Pela, descorazona y pica las manzanas. Haz una compota cociendo las frutas en agua y azúcar hasta formar un jarabe aromático.
2. Añade al jarabe clavo y canela. Cuando esté hirviendo incorpora las pasas.
3. Quítale el exceso de almíbar a la compota. Ya listo el relleno, extiende la pasta con un grosor de 3 a 5 mm.
4. Rellena con poca compota el centro de la pasta y coloca otra capa de pasta encima. Barniza la orilla con huevo y sella el círculo.
5. Hornea a 250 °C por 40 minutos.

lunes, 2 de julio de 2012

Gehakte Leber


Ingredientes

1 libra de carne vegetal o carve
1 cebolla grande picada
2-4 huevos duros
1/4 taza de aceite de oliva
Sal y pimienta

Saltee la cebolla en el aceite la mitad hasta que se convierta en oro, a un lado. Cocer el carne vegetal en la misma sartén el aceite en otro medio durante 10 minutos, revolviendo ocasionalmente.

La carne vegetal y la cebolla con los huevos en el procesador de alimentos o por un cuchillo afilado. Si utiliza un procesador de alimentos, utilice el botón pulsar para picar.

Por último, mezclar la sal y la pimienta al gusto. Mantener refrigerado, y servir frío. Pero yo prefiero tibio picado en el pan de centeno.

Entre Ajos y Cebollas


Como pueblo antiguo, los judíos tenemos un gusto por los alimentos que nos remiten a la antigüedad. Las omnipresentes cebollas y ajos en una inmensa mayoría de platos judíos remiten a las cebollas y ajos que comían los judíos esclavos en Egipto.

También comer granos, cereales y legumbres tiene un origen religioso-tradicional, Cocinar porotos, garbanzos o lentejas viene de la costumbre de la reina Esther, quién no comía carne durante el ejercicio del poder de Haman, ya que este había prohibido la faena ritual y no había carne kasher en toda Persia.

Pero aunque muchos platos vienen de estos orígenes humildes, hasta en el más pobre de los hogares judíos de Europa había canela, clavo o nuez moscada para perfumar sus comidas, porque eran parte de la Havdalá del shabat; con ellos se condimentaba el jaroset del Séder y los alimentos de Shavuot.

Esa fue una de las razones por las que los judíos llegaron a ser comerciantes internacionales en especias.

La celebración de shabat necesitaba sabores especiales y se preparaban comidas especialmente fragantes. Algunos judíos agregaban endulzantes (miel, azúcar si eran ricos); otros, especias, auqneu la mayoría de los judíos tan distintos entre si como los marroquíes, polacos, italianos o alemanes, ambas cosas a la vez. De ahí que se haya desarrollado el gusto por lo dulce –ácido, sumándole a eso que el vinagre o el jugo de limón ayudaban a conservar la caponata italiana, el essigfleish y otros platos preparados antes del shabat.

La cocina judía siempre ha girado en torno al shabat y ese es el punto de unión entre asquenazíes, sefardíes, italkim, etíopes, indios, yemenitas, etc. Por ejemplo, el uso del aceite para freir loslatkes en Europa y los sufganiot de origen sefardí en Jánuca o la prohibición de usar levadura en Pésaj en todas las comunidadesjudias del mundo son costumbres que hacen a una “Cuisine” judía.

Aunque Feuerbach, que no era judío, se haya atribuido la frase “uno es lo que come”, ese es un pensamiento netamente judío, ya que nosotros creemos que los alimentos permanecen para siempre en nosotros, transformándose en sangre, en cerebro, en corazón y, en última instancia, hasta en espíritu, ya que los platos tradicionales que conformar esta heterodoxa “Cuisine” judía no sólo alimentan el cuerpo sino también el alma.

Lo casero es lo primordial.

Existe una Cuisine judía, pero a diferencia de otras cuisines, no puede ser simplemente definida como los platos cocinados por los judíos, tal como sucede, por ejemplo, con la Cuisine francesa, ya que con esa lógica unos spaghetti con tuco y pesto cocinados por un judío, sería un plato judío.

Si nos ponemos estrictos, deberíamos decir que los únicos platos judíos auténticos, no compartidos con otros pueblos y que harían teóricamente a una Cuisine judía son el matze, el jaroset y elcholent y su equivalente sefaradí: el hamin.

Pero no podemos negarle identidad judía al gehakte leiber, simplemente porque no sea un plato comido por todos los judíos del mundo.

Los blintzes nacieron en Rusia, adonde se los llama blinis o blinchiki, palabra que viene del ucraniano mlynets, de mil (moler) hace siglos, y se comían principalmente al final de invierno, invocando con su forma redonda el sol, ausente durante meses. Pero los judíos, quienes bienvenimos al verano comiéndolos enShavuot, aunque Tevie diga que no sabe porqué, y que los comemos sólo por tradición, los adoptamos y adaptamos hace tanto tiempo que podemos llamarlos un plato propio.

Tomando la mayoría ashkenazi, nosotros, los descendientes de aquellos primigenios judíos europeos que se asentaron originalmente en el que hoy es Francia y Alemania y que luego emigraron a Polonia, a Rusia, al Báltico y a Europa central, encontramos una cocina que no puede llamarse precisamente homogénea en la que conviven y contrastan los guisos húngaros llenos de páprika picante con los platos dulces polacos: tzimmes, miel, pasas, ciruelas, damascos. (Anécdota frontera ruso-polaca, Mijail Litvinov)

La mayoría de los ashkenazim venimos de climas fríos y cocinamos con productos típicos de esas tierras: remolachas, zanahorias, papas, repollo. Pocos teníamos acceso al mar (ishkraiot) de modo que desarrollamos un gusto especial por los pescados de agua dulce.

Las técnicas de cocina, nacidas en los conceptos religiosos, unen a las cocinas judías del mundo.

Un poco sobre la historia de la comida judía...


Cuando se habla de creatividad, se habla de judios. Pintura, ciencia, teatro, música, literature, cine, sea lo que fuera siempre hay judios ahí. Es dificil dar un paso sin encontrarse a uno de nosotros.
Con una excepción: el mundo de la alta cocina. Los chefs judíos son una especie diminuta, lo que es curioso, ya que la comida es parte tan importante de la cultura. Y eso que tenemos un interés especial en el tema, afinado desde el nacimiento por nuestras madres y abuelas.
Sin embargo si uno tipea “grandes chefs judios” en el google, el resultado es “nada”
Incluso si quita la palabra “grandes” los resultados son 0.
Cuisine: alimentos y recetas comunes a un pueblo y constantes en el tiempo.
Se puede llamar “cuisine” a la comida de un pueblo disperso por el mundo desde hace siglos?
La cuisine judia es ante todo una bobe-cuisine, creada por las abuelas y servida en familia, no en restaurantes.
No existen los grandes chefs judios que preparen banquetes en palacios.
La excepción qie confirma esta regla es la cocina kosher que existe en el palacio de Buckhingham. El gran filántropo inglés era uno de los interlocutores favoritos de la reina Victoria.
Una noche, esta le pidió que se quedase a cenar en palacio, a lo que Sir Moses le respondió que como judio observante, él sólo comia comida kosher.
La reina replicó: ‘no permito que un amigo mio se quede sin cenar en mi casa”, y mandó a construir una cocina separada de la principal y dedicada exclusivamente a cocinar según las leyes del kashrut para Montefiore.
Esa cocine sigue existiendo y se utiliza para agasajar a los huéspedes reales de la familia real inglesa.